Ahora va una historia...
A veces tengo dolores de barriga muy fuertes. Si me pillan por sorpresa, vomito y no digiero los analgésicos. Una vez me empezaron y tardé cuarenta minutos en caminar hasta casa, cuando en un día normal hubiesen sido diez. Conocía el dolor, sabía que era transitorio y que nadie podía hacer nada más. Recuerdo que en esos momentos me sentí muy liberada por estar en una ciudad grande donde además del dolor no tuviese que calmar a viandantes preocupados.
Sé que si hubiese pedido una ayuda más directa la hubiese tenido de inmediato pero, en esas circunstancias, darme privacidad era la mejor asistencia.
En una ciudad donde te cruzas gente continuamente, la única forma de tener algo de privacidad es si te la dan. Eso está muy metido en la educación anglosajona. De ahí sale otra frase que también se oye mucho "dame espacio". En una gran ciudad la costumbre es solicitar la ayuda primero, y -al menos en Glasgow- aún no he visto que alguien que pida asistencia no la encuentre.
Por eso también vemos que tantas personas no ayudan a una anciana en la calle, pero donan dinero, objetos o tiempo a ONGs en lugares que no saben ni poner en el mapa. Es porque la ONG lo pide.
A veces tengo dolores de barriga muy fuertes. Si me pillan por sorpresa, vomito y no digiero los analgésicos. Una vez me empezaron y tardé cuarenta minutos en caminar hasta casa, cuando en un día normal hubiesen sido diez. Conocía el dolor, sabía que era transitorio y que nadie podía hacer nada más. Recuerdo que en esos momentos me sentí muy liberada por estar en una ciudad grande donde además del dolor no tuviese que calmar a viandantes preocupados.
Sé que si hubiese pedido una ayuda más directa la hubiese tenido de inmediato pero, en esas circunstancias, darme privacidad era la mejor asistencia.
En una ciudad donde te cruzas gente continuamente, la única forma de tener algo de privacidad es si te la dan. Eso está muy metido en la educación anglosajona. De ahí sale otra frase que también se oye mucho "dame espacio". En una gran ciudad la costumbre es solicitar la ayuda primero, y -al menos en Glasgow- aún no he visto que alguien que pida asistencia no la encuentre.
Por eso también vemos que tantas personas no ayudan a una anciana en la calle, pero donan dinero, objetos o tiempo a ONGs en lugares que no saben ni poner en el mapa. Es porque la ONG lo pide.
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